Este no es un barrio para viejos

Ensanche Heredia, Programa psicoambiental de envejecimiento activo, Vinculación al lugar

Vincular a los vecinos mayores con el barrio  mediante la participación en actividades en el lugar en el que viven, no solo añade calidad de vida al espacio urbano sino a la vida de las personas que lo habitan. Muchas de estas actividades pueden ser llevadas a cabo dentro del   programa psicoambiental de envejecimiento activo con el fin de potenciar el bienestar y aportar una imagen pública positiva del vecino mayor.

Los conceptos novedosos del enfoque ambiental pueden llevarnos a concluir que la persona de más edad es menos receptiva a los problemas ambientales, y que contar con ella reporta pocas ventajas y carece de interés.  Al igual que en otros temas  relacionados con la salud, la prevención es básica y la autodirección incuestionable.  La persona mayor  puede beneficiarse de la interacción de ser cuidadora y cuidada por y en el contexto ambiental.  Por eso nos gustaría abordar su participación de la misma forma que con el resto de la población.

Opino que la remodelación urbanística que se viene produciendo en el barrio no presta suficiente atención a las personas mayores que viven en el Ensanche Heredia. Es su población mayoritaria pero no se contempla ninguna actuación acorde a sus intereses como vecinos, a pesar de que ya en 1987 era clasificada como Factor nº II, lo que respondía a una población en el que el cabeza de familia era mayor de 55 años, la actividad realizada era preferentemente femenina, y las personas mayores sus habitantes más numerosos.  Eso mismo se constata en la pirámide poblacional de 2009 que facilitó en 2012  el Plan director Soho Málaga y en el que se informaba sobre el Objetivo del Proyecto SOHO. En el se dice también que “Todo aquello que no se cuenta no existe”. De ahí que quiera dejar constancia de cómo este grupo de población puede participar y empoderarse, contando además con el beneficio medioambiental que reportaría.

La Psicología  ambiental estudia la conducta  humana  y los ambientes naturales o construidos en los que transcurre dichas experiencias, prestando atención a las demandas sociales implicadas en el diseño y la planificación de los espacios públicos. Los ambientes construidos aluden a aquellos espacios que, a diferencia de los naturales que están recorridos pero no organizados,  han sido modificados por el hombre para  ser  el escenario de sus actividades diarias.

Dentro de los ambientes construidos el barrio es un espacio de proximidad que se practica y conoce.  Es el soporte de la vida cotidiana y en él se constituyen relaciones interpersonales más o menos duraderas, sin renunciar a las ventajas que ofrece la ciudad en su conjunto.   Suele utilizarse como referente de la calidad de vida y del bienestar de las personas que lo habitan. El barrio es cómodo pero no esencial. Unos se consolidan y otros tienden a desaparecer, dependiendo de las relaciones y funciones sociales, administrativas e institucionales que facilitan.

Mediante las actividades y la transformación del espacio a que dichas actividades dan lugar, la persona (de cualquier edad) se vincula  con el lugar, considerándolo como apropiado para su uso. Al hacerlo suyo lo transforma física y simbólicamente, dotándolo de un significado como parte constructiva de su mismidad. De manera que se puede concluir, que la persona significa el lugar y el lugar le da una identidad, estableciéndose una interrelación apropiada, conveniente y saludable.

Por ahora desconocemos la vinculación al lugar que el vecino mayor tiene al Ensanche Heredia; es decir al modo en que participa y los significados que da a este lugar. Las características idiosincráticas de las que ya hemos hablado en otras entradas, nos permiten pensar que, en parte, su habitual  discreción le hace poco participativo en las actividades transformadoras que se están produciendo en el barrio a pesar del enorme beneficio sobre la salud y la sostenibilidad ambiental que traería el tener su atención focalizada   en  uno, los demás y el mundo.

En 2050  una cuarta parte de la población urbana será mayor de 60 años. De ahí la importancia de hacer los lugares inclusivos ya que, como dice José Antonio Corraliza, “somos el paisaje que habitamos”.

Esperamos que continúen leyendo nuestra próxima entrada y vengan a caminar con nosotros en nuestro siguiente paseo “Las afueras toman el centro” en el que recorreremos la Plaza de la Marina.

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